dimanche 6 juillet 2008

CINE DE BARRIO.

Los días se extendían como el verano de otros lares
Junio robaba luz a la noche,
alargaba nuestra infancia y trastocaba los horarios.
En tardes de cine sin techo
la película puntual de seis, era una ficción extraviada.
Adivinamos la trama sin oscuridad
en una pantalla de lunares que cuenta extravagancias.

Al estilo Jhon Wayne, somos los vaqueros americanos,
luchadores mejicanos
con Santo, Blue Demon, La Sombra, los Tigres del Ring.
Igual, héroes de papel,
gladiadores contra el Imperio tomando Roma por asalto
(más no aún, el cielo).

Cantinflas y Viridiana enseñan surrealismo en español,
mientras adoramos de Hollywood,
todas sus estrellas en delicia ecléctica jamás superada.
Lloramos, reímos, felices y tristes,
todas las noches somos otros en esas historias ajenas,
sin saber que mientras tanto...
el tiempo, inclemente, devora el viejo cine del barrio.

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