dimanche 30 août 2009

POBREZA EN BARRANQUILLA

“Si usted cree que es capaz de vivir sin escribirlo, no lo haga”. Este es el consejo de nuestro Nobel Gabo, citando a Rilke en Vivir para Contarla, al referirse al dilema ético de decir o no, esas cosas que uno pensaría, debe contar.

Se podría decir que si uno puede vivir sin cuestionarse el porqué de la pobreza en un país tan rico como Colombia es porque detenta el poder, es un nuevo rico, político oportunista o pertenece a esa especie de embrujados por el autoritarismo que se consideran en el mejor de los mundos posibles. Si no, entonces deberá opinar sobre el problema y si le va bien, escribir y, mejor aun, actuar para contribuir en su solución.

El Heraldo de Barranquilla, en su editorial del viernes 7 de agosto de 2009 “Un ‘récord’ preocupante”, refiriéndose al programa Familias en Acción, señalaba como exitosa la jornada masiva de inscripción de familias a dicho programa. Según los organizadores del evento, la meta era inscribir unas 45.000 familias y lo hicieron 57.000, un verdadero récord nacional de afiliados.

El programa que busca aliviar la penuria de los focalizados en el estrato 1, de seguro servirá, -si finalmente esos recursos llegan a los más pobres-, para tomar foto y promover la bondad y la reelección del prócer de turno. Pero no voy a entrar en detalles con algo que igualmente haría otro preclaro barón del bando contrario.

Me llama la atención la cifra oficial de pobres de estrato 1 en Barranquilla ¿Es la población en condición de miseria? Medidos según el estándar de individuos con ingresos de 1 dólar/día, serian, entre 200 y 250 mil personas en miseria. Si Barranquilla tiene entre el 20 y 25% de su población en pobreza extrema, entonces ¿Cuántos pobres hay en total? ¿Cuatrocientos mil? ¿Medio millón? Cualquiera que sea el resultado, la cifra es patética.

Esos pobres equivalen a casi tres veces la totalidad de la población de Sherbrooke (150 mil habitantes), esta pequeña ciudad Canadiense donde resido y lugar en el que no hay personas con ingresos por debajo de 15 dólares/día.

La Constitución facilitó, prácticamente desde 1992, el acceso de diversas variantes de la izquierda al primer cargo de Barranquilla. Al principio el dilema ético de la pobreza preocupó a algunos, pero rápidamente otras prioridades ganaron la partida.

A comienzo de los 90’s más de la mitad de la ciudad física era informal. Cinco lustros después casi la mitad de sus pobladores continúa en la pobreza. ¿Termina la gran oscuridad con la llegada del pragmático Alex Char?

Si bien la lucha contra la pobreza presupone un apoyo nacional, la noticia es positiva para algunos barranquilleros que recibirán alivio a su situación y además el ejercicio brinda la posibilidad de reconstruir una base de datos real que le permitiría a la ciudad liderar políticas públicas locales para afrontar la pobreza, en un gobierno que se dice de oportunidades.

Pero para que estas políticas vía ingreso no goteen hacia otro lado, es necesario que la agencia encargada sepa que hace cada persona: si es empleado, desempleado, retirado, estudia, recibe un subsidio, si está en el régimen contributivo o subsidiado en salud, etc.

El mes pasado el CLE, la oficina del Québec especializada en empleo, subsidios y bolsas contra la pobreza, llamó a un amigo inmigrante colombiano que vive en Montreal que había dejado de trabajar el último año. Querían saber de que estaba viviendo, ya que en los últimos tres meses él había agotado su subsidio, en la actualidad no estaba empleado y no había solicitado la Ayuda Social.

¿Qué tal? El Estado preocupado por su seguridad y la de él, lo buscaba para resolver su problema. Agencias como éstas que contribuyen a una verdadera seguridad, son cosas buenas debemos aprender y copiar del Norte.